Bibliotecas en la Roma Imperial
El proyecto para fundar la primera biblioteca pública de Roma se
debe a Julio César, que incluso encargó a Varrón que recopilase libros
para ella. Pero César no vio cumplido su deseo. Sería Gayo Asinio Polión quien
fundase la primera biblioteca pública de Roma en el 39 a.C., en el Atrium
Libertatis. No mucho después, Augusto fundó una biblioteca aneja al
templo de Apolo del Palatino (28 d.C.) y otra en el Campo de Marte. Y desde
entonces se siguieron abriendo bibliotecas: la del Pórtico de Octavia, la
construida por Tiberio en la Domus Tiberiana, la del Templo de la Paz,
abierta por Vespasiano, la Bibliotheca Ulpia, levantada por Trajano,
otra más en el Capitolio, etc. Las
bibliotecas romanas podían formar parte de los grandes complejos
arquitectónicos, como las termas o los templos, y estar a disposición de
sus visitantes. Se calcula que Roma llegó a tener en el siglo II hasta
veintiocho bibliotecas públicas. En cuanto a las privadas, algunas también
fueron considerables, como la del poeta Persio...
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